septiembre 24

Una lección de libertad

Me encontré circulando en redes el siguiente texto…

A todos los que «quieren» un perro…

Querer un perro no implica escoger cuál te gusta más por sus cualidades físicas o de «raza», querer un perro implica darte cuenta de que lo invitarás a compartir tu vida, tu casa, tu espacio y que él también tiene necesidades y muchas veces no cumplirá tus expectativas.

Querer un perro es estar dispuesto a amarlo en las buenas y en las malas, de cachorro, de adulto o de abuelo, amarlo cuando ladra y tenerle paciencia porque algo quiere decirte.

Amarlo cuando muerda las paredes y el sillón, cuando corra y no te haga caso porque está expresando su naturaleza libre y juguetona.

Llevarlo al médico porque está enfermo o se lastimó.
Darle alimento digno y no «lo que sobra» sino lo que realmente puedes ofrecerle.

Entender que un perro tiene gustos y disgustos y que lo que tu esperabas de él puede no ser compatible con quien en realidad es.
Querer un perro no es cuestión de querer ni desear, ni añorar ni soñar.

Querer un perro es entender que no tendrás un perro, que no podemos poseer a otro ser, que no es una cosa ni propiedad sino un individuo único que coexiste y comparte la vida contigo con voluntad y su propia misión que cumplir.

Querer un perro es dejar de hablar de querer para realmente aprender a amar…
Amar a un perro es
observarlo, tomarlo en cuenta, dejarlo decidir, dejarlo crecer, dejarlo expresarse, dejarlo plasmar su huella canina en este mundo.

Amar a un perro es reconocer que pertenece a una especie animal distinta a la tuya y como tal tiene necesidades diferentes y específicas: como correr al aire libre, olfatear todo a su paso, explorar el mundo, jugar y conocer a otros perros.

Tendrá miedos, inseguridades, enojos, frustraciones, alegrías, preferencias, amistades, tristezas, pérdidas, dolor, sueño, hambre, gozo, emoción por despertar a tu lado cada día, agradecimiento y amor… mucho amor.

Amar a un perro es comprometerte con todos los días de su vida pues dependerá de ti y tú eres su único hogar.

Amar a un perro es estar dispuesto a descubrir y aceptar las lecciones que te ha venido a enseñar, porque si amas a un perro ya sabes que fue él quien se organizó para llegar hasta ti para ayudarte a reconectarte con la vida, con el presente, con el sol, la luna y las estrellas, con las plantas, con el cielo, con el aire y las montañas pero sobre todo… ayudarte a reconectarte el corazón.

La publicación no citaba a la autora del texto y resulta que la autora del texto soy yo.

Yo escribí esta nota en 2016 y la compartí en Facebook.

El post reciente con la copia de mi texto, sin autor, tenía miles de shares, cientos de comentarios y me alegré de que la gente resonara con el significado de amar a un perro. Al mismo tiempo, sentí raro (raro como cuando dicen que lo raro es pariente de lo feo) por el plagio, porque alguien la posteó como suya.

Sentimientos encontrados que me recordaron el origen de la nota misma.

Esta nota la escribí conmovida por Bumsi, una de las perras que ha honrado nuestra vida con su compañía y que hoy ya no está con nosotros.

Bumsi pedía libertad, la necesitaba.

Nos mudamos lejos de la ciudad por ella, para poderle brindar la oportunidad de salir en un entorno más seguro y volver a casa cuando se sintiera lista para hacerlo.

Bumsi me recordó el verdadero significado de libertad y lo encerrados que solemos vivir.

Un día pidió salir antes de lo normal, decidida, apurada, como si fuera tarde para una cita. Abrimos el portón y corrió sin vacilar en una dirección determinada… La esperamos como siempre alrededor de las 13:00 hrs… se hizo de noche.

Ese día Bumsi decidió no volver a casa.

Nuestro corazón se rompió y oleadas de culpa inmediata nos abrazaron. Había salido con collar y placa de identificación y por supuesto que la buscamos días enteros, semanas…

Koru y yo conversamos horas sobre el resultado de su libertad y a pesar de la tristeza y el desconsuelo, no cambiaríamos su desafortunada partida por una vida infeliz.

Pudimos darle lo que necesitaba, sonreía y bailaba diariamente al salir, tenía amigos, volvía a su hogar con gusto, sana, hermosa, independiente.

Quise compartir contigo esto. Porque esa nota la escribí inspirada por Bumsi, viéndola mover la cola y salir por la puerta principal hacia la libertad.


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  • wow!!! tu texto (plagiado 🙁 ) es una belleza y una gran verdad. Resoné tanto que hasta lloré. <estoy poniendo mucho entusiasmo en seguir tus enseñanzas y tips, pues en verdad que la relación con mis compañeros peludos esta cambiando hacia algo padrísimo. Espero lograr comprenderlos mas cada día. Gracias

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